miércoles, 1 de enero de 2014
EN MIS SUEÑOS
Y sucedió que una noche comencé a soñar contigo. En mi sueño me mirabas y sonreías y después me hablabas, me acariciabas, me besabas, me amabas…
Mi corazón se llenaba con cada una de tus palabras. Mi cuerpo se estremecía con cada una de tus caricias. Mi alma volaba con cada uno de tus suspiros. Era todo tan real…
Pero cuando desperté, desapareciste. Y en mi día, flamante de felicidad, en mi día notaba tu ausencia.
Con todas mis fuerzas deseé que llegara la noche para volver a verte. Y así sucedió.
A partir de entonces te soñaba cada noche.
Volvías a mirarme, a sonreírme, a hablarme, volvías a acariciarme, a besarme y a amarme. Hasta que de nuevo despuntaba el alba y desaparecías.
Me acostumbré a ello. Me acostumbré muy rápido. Pasaba mis días entre sueños de ilusión, gozando con tu aparición bajo la luna.
Era tan feliz…
Pero una noche algo sucedió. No viniste a visitarme. Y yo, por más que te busqué entre los cientos de imágenes que acudían a mi mente, no te encontré. Sentí una tremenda tristeza por haberte perdido. Y aquel día al despertar, aquel día sentí más que nunca tu ausencia.
A partir de entonces todo cambió. Me costó mucho comprender que no siempre los sueños se cumplen. Que aunque yo soñara con soñarte, mi mente era la que escogía.
Pero no me quedó más remedio que aceptarlo. Acepté que ya no me volverías a mirar. Que ya nunca más volverías a sonreírme, ni a hablarme, ni a acariciarme, que no volverías a besarme, ni a amarme.
Pasado un tiempo volví a mi vida feliz, expectante de deseos, ilusiones y sueños “reales”.
Y aunque nunca me olvidé de ti, sentí que mi corazón volvía a latir con normalidad…
Hasta que te vi.
Yo, desconcertada, pensé que habías vuelto a mis sueños. Pero no estaba dormida. ¡Y eras tú! Me miraste y sonreíste. Después te acercaste muy despacio y me dijiste algo. Algo que me hizo estremecer. Me dijiste que yo era la mujer de tus sueños.
Después me acariciaste y me besaste. Y esa misma noche, bajo la luz de la luna, me amaste.
Fue todo tan bonito. Fue como un sueño, sí. Un sueño hecho realidad.
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