sábado, 21 de diciembre de 2013

YO (Cuarta parte de la saga "USTED")





Yo me he dado cuenta de que he perdido mucho tiempo pensando en usted y dándole explicaciones de por qué ya no quiero seguir esperándole. Es más, me he dado cuenta de que por usted ya apenas siento nada. Y de que aquellos recuerdos que antes grabé a fuego en mi corazón, poco a poco se van borrando. Puede parecer frío, pero me alegro de ello.
Porque el espacio que llenaban, ahora ha vuelto a quedar vacío y en él puedo dar cabida a otro amor.
Y la verdad es que me apetece volver a sentirme amada. Amada, sin miedos ni condiciones. Amada, sin agenda ni horarios, sin dudas ni arrepentimiento... Amada, sí. Amada, sin más.

Por eso he vuelto a salir de mi cautiverio. Por eso he vuelto a aparecer ante el mundo con una sonrisa amplia y descarada. Con unos ojos brillantes de ilusión. Y con un corazón contento y ansioso de felicidad.
Y mientras llega ese hombre que quiera compartir su vida conmigo y desee que yo haga lo mismo con él, mientras llega ese hombre, pienso disfrutar cada instante que la vida me ofrezca.
Estoy dispuesta a sentir en mi piel la magia del deseo y la pasión. Porque he permanecido en la sombra demasiado tiempo, esperando una señal que jamás llegó.

Ahora yo he decidido vivir, robarle al mundo una sonrisa y prenderla en mi pelo. He decidido sentir, sentir que no estoy muerta, aunque lo cierto es que en algún momento del pasado, así lo sentí. Y quiero gozar, gozar de mi juventud y recuperar el tiempo que sin darme cuenta con usted perdí.

Tan solo quería que supiera que esta mujer que un día suspiró por usted, ahora está dispuesta a perder el aliento riendo, disfrutando y sintiendo el aroma del deseo y el sabor de la pasión.
Y no piense que se lo digo para que se arrepienta de haberme perdido. No es esa mi intención. Se lo digo para que siga disfrutando con ella sin tener que preguntarse más qué debe hacer, ni lamentarse de no poder corresponderme. Ya no es necesario. Porque yo ya lo he decidido. He decidido volver a vivir.

LA LUNA

Este fue el primer poema que escribí (o al menos, el que supuso el inicio de mi andanza por este maravilloso mundo de la palabra escrita). Corría el año 1.999 y yo cursaba primero de bachillerato.

Quiero compartirlo con vosotr@s tal cual l
o escribí entonces, pues aquella era mi esencia y no creo que deba cuestionarla ahora.



 

LA LUNA
 
Ese océano inmenso
donde desembocan mis lágrimas
amiga de noche, enemiga de día,
gran circo donde juegan mis sentimientos
mi tristeza y mi alegría.

Qué osada eres tú
para dar la cara,
cuando no te necesito
cuando duerme mi alma.

Lucero gigante
que vaga en mis sueños,
¿por qué no puedo poseerte?
¿por qué no ser tu dueño?

Graciosa figura
redonda y dorada,
que brilla cuando
las demás luces se apagan.

Cuando menguas me entristezco
cuando creces me vuelvo a alegrar,
pues ¿qué sería de mi vida
sin una amiga en quien confiar?

No dejes de alumbrar
no mueras todavía,
mi alma se hundirá
en la más triste agonía.

ME DIJISTE QUE NO



 

Me dijiste que no y de repente mi mundo cambió de color. Y todo a mi alrededor comenzó a girar.
En mi mente los recuerdos se agolparon, pretendiendo robarse protagonismo unos a otros.
Mi corazón comenzó a latir presuroso
y mi alma deseó salir de mi cuerpo y escapar al infinito.

Me dijiste que no mirándome a los ojos. Y yo no pude dejar de mirarte. Yo no quise dejar de mirarte. Quise grabarte a fuego en mi memoria. Pero tu rostro se tornó borroso a medida que las lágrimas empañaban mi mirada.
Y así me quedé yo, inmóvil, atrapada en aquel instante, intentando encontrar la manera de expresarte lo que en ese momento sentí. Porque sentí tanto...

Me dijiste que no, que no, que no.

Ahora te miro y entiendo por qué me pasó todo aquello. Por qué me sentí así. Sencillamente, porque no pude evitarlo. Porque yo te amaba con locura y deseaba pasar el resto de mi vida junto a ti.
Por eso, sí. Por eso no puedo ni quiero olvidar aquella vez que me dijiste que no... que no querías vivir sin mí.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

CAMINA



 

Camina, no mires atrás.
Mantén tu mirada fija en el horizonte.
El paso, firme y decidido.
La cabeza, bien alta.

Recuerda lo justo para saber quién eres.
No ansíes aún no volver a serlo jamás.
Siente, siente cada vez que respires.
Lucha, usa toda tu munición.
Aunque el Mundo te crea vencido.
Muere tu muerte y vive tu resurrección.

ADECUACIÓN, COHERENCIA, COHESIÓN


 

Reitera, reitera, reitera
demasiada reiteración.
Éxodo del sentir,
impulso exiliado.
Muerte de lo incoherente
a la vista de lo coherente.
Coherencia, coherencia, coherencia
excesiva adecuación.
Cohesión de lo correcto.
Olvido de lo habido, sentido, vivido
recuerdo inapropiado.