sábado, 21 de diciembre de 2013

ME DIJISTE QUE NO



 

Me dijiste que no y de repente mi mundo cambió de color. Y todo a mi alrededor comenzó a girar.
En mi mente los recuerdos se agolparon, pretendiendo robarse protagonismo unos a otros.
Mi corazón comenzó a latir presuroso
y mi alma deseó salir de mi cuerpo y escapar al infinito.

Me dijiste que no mirándome a los ojos. Y yo no pude dejar de mirarte. Yo no quise dejar de mirarte. Quise grabarte a fuego en mi memoria. Pero tu rostro se tornó borroso a medida que las lágrimas empañaban mi mirada.
Y así me quedé yo, inmóvil, atrapada en aquel instante, intentando encontrar la manera de expresarte lo que en ese momento sentí. Porque sentí tanto...

Me dijiste que no, que no, que no.

Ahora te miro y entiendo por qué me pasó todo aquello. Por qué me sentí así. Sencillamente, porque no pude evitarlo. Porque yo te amaba con locura y deseaba pasar el resto de mi vida junto a ti.
Por eso, sí. Por eso no puedo ni quiero olvidar aquella vez que me dijiste que no... que no querías vivir sin mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario