Su amor era un amor de silencios. Un amor de sonrisas. De caricias y besos. Un amor divertido, entrañable, sincero.
Era un amor sin condiciones ni compromisos. Sin ayer ni mañana. Era libre y liberador.
Un amor de "te quiero" y de "quiero que seas feliz".
Así era su amor. Hasta que se acomodaron a esa palabra...
Era un amor sin condiciones ni compromisos. Sin ayer ni mañana. Era libre y liberador.
Un amor de "te quiero" y de "quiero que seas feliz".
Así era su amor. Hasta que se acomodaron a esa palabra...
Seguía habiendo silencios, pero ya no eran compartidos. Continuaba habiendo sonrisas, mas no eran de complicidad. Las caricias y besos se limitaban a las noches de pasión.
Ya no resultaba divertido ni entrañable y mucho menos sincero. Comenzaron las condiciones y los compromisos "obligados". Los reproches del pasado y los pensamientos de un futuro. Se encadenaron el uno al otro.
Comenzaron los "quiero" y los "quiero ser feliz".
Así se transformó su amor. Hasta que en sus ojos, en sus labios, en sus brazos... finalmente murió.
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